miércoles, 3 de noviembre de 2010

hay versus que no tienen sentido


¿de qué se ríe esta Gioconda?


Los límites entre ambos son elásticos o las ambigüedades no siempre son dudas, quizás haya lugares de indeterminación: los finales abiertos también deberían ser leídos como finales.

Para cruzar un límite este debería verse claro o quizás ni siquiera haya una línea que saltar, rozar o eludir. 

Si cruzar un límite es encontrar lo conocido en lo desconocido, hay que girar en nuestro propio eje. Un giro espiralado para llegar al centro es autoconservación, un giro en sí es miedo. 

Hoy quiero permanecer libre de toda congestión e influencia, 
llena estoy de gracia, como María, como todas. 

(autoconservación)

Me gustaría que algunas palabras sean mías. 
Me gustaría que algunas palabras sean para mi, me darían valor.

(miedo)

El pronóstico es malo y no porque llueva.
Amen. (no, amén : AMEN)









2 comentarios:

  1. Giro completo del cuerpo que permanece en eje, manteniendo la mirada fija en un punto. El pie que no trabaja permanece en passé, sale de cuarta y vuelve a la misma posición = PIROUTTE

    ResponderEliminar
  2. Las palabras no son de nadie. Los límites, los límites los pone uno.

    Difusos o flexibles, la idea de límite es necesaria, hasta acá llego, esto puedo... esto no.
    Un límite que contiene un inabarcable, justamente lo delimita.

    Romper un límite es aceptar que esa realidad que recortamos, nos esta quedando chica...
    El límite nunca se rompe, se corre un poquito mas adelante.


    Giraste sobre tu eje, volviste al mismo lugar. Pasaste por tu atrás, no te deja igual de parada como mirar siempre al frente. Eso es una manera, también, de acondicionar los límites.

    ResponderEliminar